Litto Nebbia:
Bob Dylan es alguien que uno quiere y comprende desde siempre. Un viajero, un hombre de la ruta, esencialmente un songwriter, un verdadero compositor. Sin ser virtuoso en ningún instrumento, sabe el papel que debe cumplir cada uno para proteger la canción. Es alguien que fue creciendo con uno a través del tiempo. Como cantante, como autor, como productor, inclusive. Esta última etapa lo encuentra en su mejor forma: para mí, con uno de los mejores grupos con que ha tocado, y sus canciones de siempre, remozadas, que parecen más frescas que nunca.
La huella que marca y deja Dylan es, más que nada, su formato conceptual. No es que haya tipos que copien la manera de tocar o escribir de Dylan. Es su personalidad y su marca en la escena, la que lleva gran parte de la corriente adelante.
Siempre se lo consideró como un avanzado en las letras de canciones, pero si uno revisa su composición, sus canciones tienen una belleza y madurez increíbles. Quizá no te das cuenta de la importancia musical de muchas de sus canciones, porque él siempre es fiel a su estilo, las interpreta o graba de una manera desarropada, sin mayor preocupación en refinamiento de arreglos. Pero hay que prestar atención a una serie de cancioines de Dylan, que tomadas por otros intérpretes, arregladas a su manera, muestran la riqueza de posibilidades que esas canciones tienen, justamente porque la estructura melódica y rítmica es muy, muy sólida.
Aquí va una pequeña lista de ellas:
-“Mighty Quinn”, por el grupo inglés Manfred Mann
-También por Manfred Mann: “Just Like a woman” y “If you gotta go, go now”
“Mr. Tambourine Man”, por The Byrds
“These whells of fire”, por Brian Auger y Julie Driscoll
“All along the watch tower”, por Jimi Hendrix
De sus discos, siempre hay algo que me gusta de todos, pero elegiría como uno bien completo,
Highway 61 Revisited. Por un lado, porque incluye “Like a Rolling Stone”, y también porque está esa banda con Mike Bloomfield y Al Kooper, entre otros. Otras canciones que adoro son ”Lay Lady Lay” o “I Want You”, entre tantas otras.
Creo que “Like a Rolling Stone” es “la canción”. Es para la época, la que abre las posibilidades a un nuevo formato de canción. Una canción donde ya no importa la duración que tenga, ni las rimas, ni las partes comunes para ese tiempo. Cuando apareció (y yo me compré el 33 simple) era imposible creer que una canción de un single durara 6 minutos. Mucho menos con un lenguaje que era una mezcla de narrativa profética con toques surrealistas….
www.melopeadiscos.com.ar
Héctor Starc:
Mi amigo Eduardo Martí, famoso fotógrafo, recibió el apodo de Dylan, pues creo que fue el primero que lo escuchó y se dejó el pelo igual que él. Yo le decía que Dylan era una mierda pero, ojo, allá por el 67. Yo no entendía las letras, pues estaban en ingles y, la verdad, no me interesaba Vietnam, porque vivía en Floresta. Con el tiempo me fui dando cuenta de que las canciones que más me gustaban de The Byrds, Jimi Hendrix y otros músicos eran de Bob Dylan. Para mí es un genial compositor, horrible intérprete, pero con una onda que muy pocos tienen. Hay que saber diferenciar el genio de un creador al intrascendente papel del intérprete, según mi opinión.
Héctor Starc fue guitarrista de Aquelarre y Tantor.
Andrea Álvarez:
No voy a aparentar nada para quedar bien porque no es mi estilo. No creo que en música exista algo que entender, lo que sí creo es que muchos piensan “me tiene que gustar sí o sí porque es grosso” y eso debe ser el “entender” del que hablan. De chiquita, era muy curiosa musicalmente, o sea que si me enteraba de que Dylan era capo ahí era donde yo apuntaba. Pero, fuera de los hits y de las hermosas letras, no era muy atractivo para mi al lado de Los Beatles, por ejemplo. "Mr. Tambourine Man" fue la primera canción que escuché en el disco (que me había comprado); Concierto para Bangladesh. En ese disco también estaba “Just like a woman” y "Blowin' in the Wind" que era es una de mis preferidas, un súper hit imposible que no te guste.
La verdad es que yo creo que no influenció en mí, aunque depende del punto de vista que se lo vea. Musicalmente, lo suyo no tiene nada que ver con lo que me gusta, me gustó y la dirección que tomó mi propia música. Pero como personaje que marca la historia del rock, sus actitudes artísticas (el video del show en que enchufa la guitarra, electrifica su música y la gente lo abuchea, lo vi mil veces) o muchas de ellas y su significado como icono, ahí sí, seguramente. No se concibe la historia del rock sin Bob Dylan, es un hecho.
Las canciones que más me gustan son “Like a Rolling Stone” y “Blowing in the wind” Tienen todo. La letra y la forma en que resuelve un mensaje de una manera aparentemente fácil pero justamente con una sencillez sofisticada, bien Dylan. No tengo un disco favorito, sino que al principio, en vinilo, los pedía prestados. Sabía que tenía que escucharlos y yo prestaba alguno mío a mis amigos intercambiando gustos. Así era como hacíamos antes.
El que sí me compré es
Time out of mind que me gustó mucho.
La última vez que vino fue mi hijo y fue como ir yo en parte, pero lo que me pasa últimamente es que no me dan ganas de ir a shows. No me entusiasma nada como para impulsarme, a menos que me re inviten. Vi mucha música en vivo, muchísima pero a Dylan jamás.No es algo que me quite el sueño ir a verlo.
Registro a Dylan como alguien que a los varones de Argentina les gusta mucho. No sé si para algunos es una pose, pero a veces lo parece tipo “me tiene que gustar Dylan”. A mí como mujer, me pasa algo muy particular: es que no me termina de cerrar un artista si le huelo que con respecto a las mujeres tiene problemas. Me pasa con Bob Marley, por ejemplo. A todos les encanta, y yo misma lo considero un grosso, pero como también sé que era un golpeador machista, por ese lado no me lo banco. Y de Dylan sus mujeres decían, no que era golpeador, pero sí insoportable, machista, autoritario. ¡Y eso lo recuerdo desde muy chica! Entonces, por más que es un capo, hay algo que no puedo separar y lo llevo conmigo, afectando así mi gusto.
Una vez Herbie Hancock comparó a Dylan con Joni Mitchell diciendo que si bien son contemporáneos, aunque Dylan aparece como seis años antes, él está reconocido como un ícono de la música popular, y ella -si bien es mejor poeta, mejor cantante, guitarrista y una muy sofisticada compositora- era ninguneada históricamente por el hecho de ser mujer y, bueno, yo adoro a Dylan pero valoro artísticamente mucho más a Mitchell.
Andrea Álvarez es baterista, percusionista y profesora. Tocó con Soda Stereo, Divididos y Attaque 77, entre otros. Su último disco de estudio es "Doble A", donde contó con la participación de Ricardo Mollo y Richard Coleman.
http://www.andreaalvarez.com/
Gonzalo Aloras:
El primer vinilo suyo que escuché fue
Bob Dylan at Budokan. Lo que me atrapó fue su estilo. Esto es, el modo en que “dice”. Luego comprendí que ese estilo sostenía una poesía inusual y única dentro del mundo del rock y que justamente ese sería su aporte más importante junto con sus canciones. El look Dylan y la sobriedad Dylan son dos grandes influencias para mí. Es la aristocracia del rock. Todos los que amamos el refinamiento y la aristocracia gestual, amamos a Dylan. El disco que más me gusta es Time out o mind, por la oscuridad de sus letras sobre el desamor, la vejez y el desierto moderno; producido sonoramente por Daniel Lanois, hacen una combinación tan increíble que no sólo es el disco que más me gusta de Dylan, sino de todos los que conozco.
De las canciones, la que más me gusta es “Like a rolling stone”. Es la más conocida en el mundo y eso, en este caso, habla de un tiempo que pasó pero al que no podremos evitar volver. Una canción popular que tiene semejante texto, semejante belleza, profundidad, simpleza a la vez, crítica social y clara postura política, que haya sido también un hit mundial, nos habla de que hubo una primavera en la historia del rock y que este es uno de sus himnos. Ahora nos toca a nosotros juntar fuerzas para llegar hasta la próxima primavera. A Dylan lo vi varias veces en vivo, en Buenos Aires, en Rosario y en España. Y lo volveré a ver cada vez que pueda. Hace de cada concierto un acontecimiento. NO repite. O mejor dicho, hace un uso muy creativo de la repetición. Las canciones son las mismas, pero hay una variación continua en la manera de decirlas, de modularlas, de cantarlas. Por otro lado, su gestualidad (poca por cierto) es el concierto mismo. Como si con un pequeño movimiento de pierna, nos contara todo el camino recorrido, por el mundo, por la vida, la suya, la nuestra.
Gonzalo Aloras es rosarino. Ya tiene editados tres discos de estudio. En "12", su última producción, contó con las participaciones de Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Fito Páez y Fernando Samalea. Es el guitarrista de La Luz, el grupo que acompaña a Litto Nebbia. Aloras fue guitarrista de Juanse, ex Ratones Paranoicos.
http://www.gonzaloaloras.com
Pablo Dacal:
Primero escuché las versiones de Hendrix, Caetano Veloso, Guns n Roses, Charly García. A Dylan, como decís, me era difícil escucharlo directamente, por no cazar bien el idioma y su cantar algo áspero. Creo que lo primero que me conmovió verdaderamente fue “I Want You” y “Like a Rolling Stone”. De todos modos, fui elaborando mi gusto con los años, y Bob fue creciendo dentro de la música en mi cabea cada vez más. Tengo total admiración por su capacidad de rockear al poeta romántico. Para mí, Dylan es una bisagra en el siglo, el punto en que se unen el siglo XIX con el futuro eléctrico y vertiginoso. En cuanto a discos, no lo sé, muchos me gustan y ninguno por completo. Es el recorrido de un poeta, me gusta observar la trayectoria completa. Con respecto a las canciones, al igual que en la pregunta anterior, son muchas páginas preferidas para mi. Además de las nombradas, el largo último tema de
Blonde on Blonde, Is your love in vain, Sooner or later, Hurricane, Changing the Guards, y todos los clásicos -del primero al último. Y muchos más. Lo vi en Vélez y disfruté mucho, con mis padres en el campo y de parado. Tengo mucha expectativa por verlo en un teatro, ojalá que toque la guitarra y mire de frente al auditorio, tengo mucho interés por ver su performance tan sutil, sus gestos y sonrisas de viejo sabio que lo ha visto todo. Me encantaría cruzarlo por la calle en San Telmo y llevarlo a una milonga, me gustaría saber qué piensa del tango y la música criolla.
Pablo Dacal formó parte de Coki & The Killer Burritos. Luego, junto al orquestador Manuloop, fundó La Orquesta de Salón. Desde hace unos años encara su carrera solista. El año pasado editó "El Progreso", uno de los mejores discos del 2011.
http://pablodacal.bandcamp.com/
Adrián Cayetano Paoletti:
La primera vez que escuché un disco entero de Bob Dylan (en vinilo ya que fue hace veinte años) fue en la casa de Monica Vidal (cantante de Antihéroes y de El Lado Salvaje) y de Pablo Esaú (baterista de Los Piojos y baterista/cantante de Harry). Llegué a la casa de ellos y estaba Sergio Rotman (de los Fabulosos Cadillacs) escuchando no sé qué disco de Dylan. Recuerdo que Sergio estaba muy contento diciendo lo grosso que era Dylan y cómo se notaba su sonido en los discos del primer rock argentino: Sui Generis - Leon Gieco, etc.
Ese día lo que escuchaba no me gustaba para nada. Me molestaba su voz chillona y monótona como de radio spika.Dylan nunca me gustó. Ahora, a veces escucho alguna canción que me gusta, pero en general no me gusta. No te puedo hablar de su obra porque no la conozco. Sé que su fuerte son las letras, que mi ignorancia del idioma inglés me impiden apreciar. También sé que en sus comienzos tenía su discurso mucha fuerza política. Lo comparo con Donovan, del cual me encanta todo. Las canciones, como están instrumentadas, como están compuestas, las armonías, las melodías. Me gusta mucho cómo canta. Justamente lo que no me gusta de Dylan. A Dylan le falta melodía. Las canciones de Donovan están instrumentadas y arregladas de manera muy simple, pero casi perfectas. Dylan es muy lineal y monótono y siempre conservó su sonido roquero con órgano Hammond que acá todos saben imitar muy bien. En esa época Donovan era el "popero/comercial" y Dylan era el "político/comprometido". Pero yo creo que era sólo una visión típica de la época, porque Dylan era tanto o más comercial que Donovan.
Adrián Paoletti forma en 1987 Copiloto Pilato, una banda de culto y fundamental en el sur del Gran Buenos Aires. Luego comenzaría su carrera en solitario lo que lo llevó a editar, el año pasado, el gran disco Casa Rodante, acompañado de Los Acordes, su banda.
http://www.adrianpaoletti.com.ar/
José Noisé:
Como muchos otros, llegué a Dylan por otro artista. Me imagino que yo ya había escuchado “Blowin` in the wind”, pero no tengo memoria de ese momento. Sí recuerdo escuchar a Jimi Hendrix haciendo “All along the watchtower” y que me volara la cabeza mal. Había ido a una disquería de Lomas de Zamora, Don Disco, todavía existe y le pedí que me grabara lo mejor de Jimi Hendrix en un BASF de Cromo. Luego, durante una visita a la disquería del Rengo, en Lanús, mirando el vinilo de Electric Ladyland, veo que el autor de esa canción era Bob Dylan. Ahí decidí darle una chance, así que volví a Don Disco y le pedí lo mejor de Dylan. Esta vez en un Grundig de Cromo. El loco me grabó
Bringing it all back home. Discazo. Gracias, Don Disco.
Estoy segurísimo que influyó mucho en mí y que, habiendo escuchado bastante su obra, tomé de su música para nutrirme. No tengo ejemplos claros de esto, pero sí te puedo decir que de a poco me fui enamorando de su música. Al principio su voz te hace tomar distancia, no es accesible al oído pop, pero luego no sólo te resulta increíble sino que te inspira a tomarlo de ejemplo. Con su forma de cantar ya te dice cosas. Creo que hasta el día de hoy el primero que escuché sigue siendo mi favorito:
Bringing it all back home. El primero eléctrico, o por lo menos la cara A del vinilo. Tiene mi canción favorita de Dylan, ¨It´s all over now, Baby Blue¨. Esa canción, definitivamente, tiene todo, la melodía es gloriosa; creo que en el disco, la forma en que canta la letra, le proyecta una intensidad fantástica. La letra en sí es simple pero efectiva. Para un chico de 17 años leer:
"The lover who just walked out your door
Has taken all his blankets from the floor
The carpet, too, is moving under you
And it’s all over now, Baby Blue"
en el momento en que se separa de su primera novia es muy fuerte y te queda grabado para siempre. Todavía no lo vi en vivo. Estoy contento que puedo ir a verlo ahora y de la forma que yo siempre soñé, en un teatro con buena acústica. Estoy seguro que va a ser increíble. Un momento histórico.
José Noisé es el cantante y guitarrista de Sub, una banda de Remedios de Escalada que abreva tanto de Guided by Voices como de Pixies y Yo La Tengo. Han editado "No desaparecer", un gran disco guitarrero y espacial.
Ramiro García Morete:
Creo que su encanto reside no tanto en el tiempo que requiere entenderlo, sino en que uno puede entenderlo de varias formas distintas a través de tiempo. La primera vez me sentí atraído por todo: la voz, el sonido, la melodía. Me refiero, por supuesto, a esas primeras canciones acústicas y súper clásicas (“It ain´t me babe”, “Blowin in the wind”) que pude escuchar azarosamente. El primer disco que conseguí fue el primer
Greatest Hits (que hace poco compré en vinilo), al que se le sumaban temas eléctricos. Yo era chico, no poseía los prejuicios de sus contemporáneos y me fascinó de igual manera. Lo genial es que si bien yo ya tenía afición por la escritura y me esforcé por conseguir en unas revistas viejas algunas traducciones, nunca lo vi como un “poeta” o sólo eso. Sigo sosteniendo que la clave de Dylan no está en lo que dice, sino en lo que no dice.
A la par que conseguí mi primera guitarra, compré un soporte para armónica (que yo ya tocaba con algún cierto dominio): eso responde bastante. Mas allá de las cuestiones melódicas, inflexiones vocales o estructuras compositivas (a veces creo que en ese sentido, le robo más a Lennon), creo que la palabra influencia adquiere su más amplia acepción en su caso. Porque artistas como Dylan no son un espejo sino una plataforma: desde allí llegás a Whitman, a Picasso, a Robert Johnson, a La Biblia, a Rimbaud y las infinitas redes que lo atraviesan. Es un punto de inicio, no uno de llegada. Es un lenguaje, un universo. Pero su mayor aporte-como sucede con Miles, por ejemplo- es su don´t look back, su incomplacencia, su capacidad de cambiar y hacer lo que se le da la gana. Desde su voz hasta su comportamiento, Dylan jamás es complaciente ni accesible, pero sin embargo es mucho más cautivante y perdurable. Por algo Chuck Berry lo definió como la gran bestia del rock and roll.
Difícil, porque hay un Dylan para cada momento o sensación de tu vida. No puedo escuchar Blood on the tracks sin que me dé escalofríos: es tan puro, tan honesto… Pero asumo que
Blonde on blonde es insuperable. Es imposible responder sobre cuál es su mejor canción. Me presto al juego y te digo que "Sad Eyed Lady of Lowlands" produce en mí un efecto hipnótico: es entre épica y surrealista, bella y espontánea. Fue grabada en una sola toma…extraordinario. Dura once minutos y por mi, podría durar una vida.
La ciencia podrá explicar el Big Bang, pero jamás porqué no fui a Vélez. Es cierto que no tenía plata.... pero no es excusa. Algo inexplicable me pasó. De todos modos, no me arrepiento tampoco. Ese viejo hosco me tiene sin cuidado. Por eso, aunque tenga fila 8 para el Rex, no tengo expectativas: en definitiva, otra vez va a hacer lo que se le dé la gana.
Ramiro es el cantante de Miro y su Fabulosa Orquesta de Juguete, una banda que explora la canción tradicional (mediante la influencia de Bob Dylan, Wilco y Andrés Calamaro). En marzo de este año, lanzó a través de su bandcamp, su primer disco solista: El olor de la sangre.
http://misterelolordelasangre.bandcamp.com/album/el-olor-de-la-sangre
http://miroysufabulosaorquestadejuguete1.bandcamp.com/album/los-caminos
Fede Kempff:
Bob Dylan me influyó y me sigue influyendo. El tipo de melodías, de canciones, el plano de las guitarras acústicas; los tipos de temas, ya sean folk rock o country, todo el tiempo me influyen. Y qué decir de sus letras. El disco que más me gusta es
Blood on the tracks, creo. Es muy difícil elegir. Me gusta lo descarnado que es el disco. Él venía de una ruptura y se nota en lo visceral de las canciones y las letras. Pero, también, me gustan otros discos. Puedo nombrar varios,
Blonde on Blonde,
Highway 61 Revisited. Creo que mi canción favorita es "Lily, Rosemary and the Jack of Hearts"; una de mis favoritas también es “Thunder on the mountain",me gusta mucho "Jolene" que es de un disco relativamente nuevo,
Together Through Life. Las veces que vino a tocar no pude ir por diversos motivos. Acabo de saber que se agotaron las entradas para esta vez. Mis expectativas son muchas, es una fucking leyenda, mi leyenda personal.
Federico Kempff es el cantante, guitarrista y compositor de Fede Kempff y Tarantinos, una banda cancionera de la ciudad de La Plata que se encuentra grabando lo que será el sucesor de "El lugar que nos queda adonde ir", publicado en 2010.
Reno González:
El primer tema que escuché fue “Masters of war”. Y no, al principio no me llegó. Luego leí la letra y fui entrando, pasé a otros temas, siempre en la línea acústica. Me voló la cabeza Another Side of Bob Dylan. Recuerdo que un día empecé a leer en una revista vieja que Dylan tenía una parte eléctrica, algo que yo desconocía porque siempre lo tuve como un cantante con su armónica y guitarra. Cuando escuché esos discos eléctricos me dejaron sin palabras.
Bringing it all back home,
Highway 61 Revisited y
Blonde on Blonde cambiaron mi visión de la música, del cantautor, del poeta. Creo que todo el que lo escucha y le gusta, toma algo de Dylan. Yo traté de tomar todo porque es algo inconsciente, uno se queda con las melodías de los artistas que más le gustan y, luego, va modificando para no quedar igual, pero inconscientemente creo que tomé mucho. Uno de los discos que más me gusta es
Bringing it all back home.
Pensar en la fecha en que fue compuesto, que tenga un lado acústico y otro eléctrico, ¡temas casi zapados y con letras increíbles! Es un discazo de pies a cabeza. Las letras eran impensables para esa época: agarraba personajes históricos y los cambiaba de contexto, creando historias formidables. El tema que más me gusta es “Tangled Up in Blue”, de
Blood on the Tracks. La idea de un disco hecho después de un divorcio es algo increíble, pero lo es porque no es de odio, tampoco de amor, sino de lo que quedó y de los recuerdos de la convivencia. A mí me mata realmente ese tema, la letra me parece increíble. Obviamente, le mete siempre un dejo Dylan de cuelgue, si se puede decir, pero es increíblemente bella la letra y te va llevando como un buen libro. Musicalmente, tiene lo que amo de cualquier canción en mi vida, tres o cuatro acordes y un estribillo simple, pero que te queda clavado. Lo fui a ver en Vélez, pero me quedo con el Bob Dylan de los primero 15 discos (que no es poco). Así que lo de Vélez fue lindo por el hecho de verlo, más que por la forma y la onda que le dio a sus viejas canciones.
Reno es el cantante de Reno y sus Castores Cósmicos, una banda de rock and roll de la ciudad de La Plata. Influenciados por el indie norteamericano de los noventa, grabaron tres discos de estudio. El último, “En el Peaquod”, es una obra conceptual basada en el libro de Hermann Melville, Moby Dick. Reno también es solista, su producción cuenta con centenares de canciones, todas grabadas de forma precaria, con una fuerte influencia dylaniana y salmonera.
http://renoyloscastorescosmicos.bandcamp.com/
Roy Milan Johansen:
Yo llegué a Dylan a través de los Stones; quiero decir, ya lo conocía, pero nunca me puse a escucharlo hasta después de
Stripped, el disco en el que los Rolling Stones versionaron "Like a Rolling Stone". Arranqué por
Highway 61 Revisited, en busca de la original y, claro está, me gustó más que la de los Stones. Aunque la versión de éstos es muy buena, en la de Dylan hay, por un lado, un valor en el despojo de la interpretación que es muy atrapante, una pedantería que supera todo y, por otro lado, el sonido de la época y la producción con ese Hammond que comanda toda la secuencia le juega muy a favor. Después, cerca del 2002, con una banda que tenía antes de Excursiones Polares tocábamos "Soplando en el Viento" que es una versión que hizo Sandro de "Blowing in the Wind" en español. Esa sí que me gusta más que la original. Como que la letra es cualquiera y no está en el mismo tono que la de Dylan, salvo el solo de armónica que sí, con lo cual ahí se arma un pasaje que le da un color re interesante a la canción.
A mí no me costó para nada "entenderlo" (de hecho tampoco me propuse desentrañarlo). Me dediqué a disfrutar de sus canciones y listo, me gustó de una. En cuanto a lo compositivo no soy consciente de manera directa de su influencia. Yo también toco la armónica y cuando me pongo a tocar con la guitarra, seguro algo de lo que se me ocurre pasó previamente por un filtro Dylan en mi cabeza, pero esos procesos son bastante inconscientes en mí.
Respecto de la influencia en Excursiones Polares, nos gusta muchísimo la instrumentación del Dylan con The Band. Más allá de ser todos grandísimos instrumentistas, las individualidades nunca están por sobre la canción. Es muy difícil elegir solamente una canción de un tipo que tiene un repertorio de más de 300. Hay muchas que me gustan, pero sí hay una que es especial. La descubrí a través de mi película favorita (Dazed and Confused, de Richard Linklater, que casualmente vi por primera vez el mismo año que los Stones versionaron "Like a Rolling Stone"). El tema es "Hurricane" y me parece genial como va tomando vuelo en el comienzo y llega al toque al puente con la percusión bien marcada, lo cual le da una épica muy fuerte. Los solos de violín, con esas entradas a platazos limpios son dramáticos. La letra creo que habla de un boxeador que termina en cana, lo cual es mejor aún porque va de maravillas con la instrumentación del tema. A Dylan lo vi en Vélez la última vez que vino (¡en el ´98 me lo perdí con los Stones por ir otro día!) y me pareció, en ese momento, que era ideal verlo en un teatro, un bar, lo que sea menos un estadio al aire libre, aunque también pienso que en esa oportunidad el tipo logró ese clima de intimidad en un lugar gigante, lo cual habla de lo grande de su figura. Ya tengo entradas para la última función en el Gran Rex, ¡así que espero por lo menos darme cuenta de qué tema está tocando antes de que llegue el estribillo!
Roy es el cantante de Excursiones Polares, un grupo de Bernal que ya tiene dos discos grabados. El último, “Música total”, fue producido por Marcos de Martis. También participaron del compilado Los Ellos, homenaje a El Eternauta, con A.H.G.O, una canción tributo a Héctor Germán Oesterheld.
http://excursionespolares.bandcamp.com/
Juan Manuel López Manfré:
En un punto, lo fascinante de Dylan es que no lográs entenderlo. En un decir, sí, desmenuzás las letras, pero hay algo de eso que te llega emocionalmente. Su obra y su vida tienen las características de símbolo y como tal te adentra a lo desconocido y lo indecible. No lo cuestionás, te dejás llevar, viajás el viaje de Dylan y es fuerte. Partiendo de eso, puedo decir que fue de a poco, no me fui dando cuenta hasta que estaba hasta la re manija. El primer disco que escuché fue
Blood on the tracks y abre con Tanged up in blue. El desarrollo de esa canción a nivel letra y música va en un crescendo de intensidad que es tremendo. Lo primero que sentí -honestidad brutal, eh- fue: "Uaaaau ahora lo entiendo a Calamaro" (risas). Andrés estaba poseído por el arquetipo dylaniano y, lógico, ¿quién no quiere convertirse en Bob Dylan al menos en una canción? Con respecto a las cualidades interpretativas y tímbricas de su voz -sobre todo la del joven Bob- es un ítem que muchos dicen que les dificultó las primeras escuchas, porque es raro, medio jugado con la afinación, chillón…digamos que no es una voz con cualidades stándares. Pero, como yo era un adolescente en los noventa y venia de escuchar mucho punk, la voz de Dylan fue lo más familiar que encontré en sus canciones y me costó conectar más con sus composiciones de raíces más bluseras, pero fue cuestión de tiempo y de conectar con la mitología Missisipeana. (El joven Dylan y el joven Daniel Johnston tienen parecidos tremendos por momentos).
Influyó mucho en mí. Al tomarlo como escuela y luego esas ganas de imitarlo, pude, por ejemplo, ponerme disciplinado y lograr mantener intensidad y ritmo durante toda la tocada de una canción con guitarra acústica y voz. Me permití escribir letras más largas (lo que tengan que durar) en vez de pensar tanto en el registro pop de los 3 minutos y medio. Me sirvió artísticamente como registro de que puedo ser absolutamente libre para expresar un sentimiento o una idea en una canción, que la voz puede ser bellamente desprolija, cosa que los profesores en general te lo quieren pulir. Fundamentalista del amor, nuestro segundo disco, está bajo la influencia dylaneana, ¡tanto que lo nombro a Bob 3 veces en todo el disco! Desde las letras como en lo musical, si bien es un disco pop, revisitamos y damos una interpretación sobre la música de los 60. Hay una canción que se llama "AdrenaDylan" y en mi fantasiosa mente es como una versión criolla de “Like a rolling stone”, porque habla de una chica bien que le empieza a salir todo mal. Las canciones sobre chicas que les va mal, es todo un arquetipo mitológico dentro del rock. La canción "El invierno es nuestro" es una crónica sobre estar enamorado y tener como banda sonora del romance The freewhelin´, y "Echado a perder" es una balada folk con un poco mas de letra que lo habitual y totalmente dylaniana. Dylan me acercó al blues. Mi favorito sin dudas es
The freewhelin Bob Dylan. Me parece un disco de espíritu joven y como tal eterno. Tiene sabor a inocencia pero es agudo. Dulce, pero incisivo. Inspirador. Un amigo mío dijo que está fuera de registro y coincido porque es EL disco folk, pero no se parece a ninguno de los discos del género editado en esa época. Los acordes, la forma de tocarlo, tiene mucho de la norteamérica profunda y mucho del folk irlandés, una combinación que no se había plasmado como nunca en esa época. Hoy en día nadie te puede hacer un discazo así con guitarra y voz, despojado en toma directa. Algo parecido pasa con
Nevermind de Nirvana. Inaugura el grunge, pero ninguna otra banda grunge suena a Nirvana. Freewhelin es folk pero es más. Vibra. Le doy play y lo dejo hasta el final, por más que lo haya re contra escuchado un millón de veces.
Juan Manuel López Manfré es el cantante de Superfluo, una banda de Capital amante de la música de Bob Dylan. Ya tienen dos discos editados.
http://superfluoweb.com.ar/principal/