viernes, 16 de marzo de 2012

El cantor de los pueblos

Nota publicada en el número 23 del periódico cultural BA Voice
                                                                                                                                                                                       En el libro Cancionistas del Río de la Plata, el periodista Martín Graziano incluye a Tomi Lebrero dentro de una nueva camada de músicos argentinos que expandieron su patria musical más allá de las fronteras propuestas por el rock. Allí también se puede ubicar a  Onda Vaga o Lisandro Aristimuño, como claros exponentes de esta nueva vertiente, pero a un nivel mucho más masivo. Sin embargo, el caso de Tomi Lebrero y el Puchero Misterioso fue más eficaz y significante en el under porteño.

Antes de la salida de Me arrepiento de todo, su último disco de estudio publicado en 2011, El Puchero Misterioso era un secreto a voces con recitales que se transformaban en una kermés cargada de júbilo. Lebrero y su banda establecieron durante un tiempo prolongado su base de operaciones en el Centro Cultural Pachamama, con un ciclo de verano semanal durante enero, febrero y marzo del año pasado. Fue allí donde se metieron en el corazón de la gente y comenzaron a forjarse un nombre en la escena independiente.

A Tomi Lebrero lo acompaña su banda El Puchero Misterioso
Hoy ha llegado el 2012 y no podía ser de otra manera: Lebrero volvió a reclutar a sus compañeros para organizar el mismo ciclo, pero esta vez con sede en Café Vinilo, un bar de Almagro, mucho más amplio y con otra proyección. En su MySpace, el grupo se describe así: “La banda nace en un garage del suburbio bonaerense cercano al puente Alsina. Crece con el sabor del riachuelo y las chatas entrando al corralón. Se hace pibe y potrerea por esos mismos baldíos. Todas las tardes luego de la tarea, toma la leche con sus amigos y entra en la adolescencia prematuramente. Por esos años la banda se revela y escribe poesías colectivas y arma peleas de box en las plazas y los congresos. La banda sueña con ser una gran banda... casi una orquesta, como la de Pichuco”.

Es cierto, el tono del texto es hilarante y pareciera tomarle el pelo al lector, pero ése es el ADN del grupo: establece una relación entre la música y el humor reparador y que no parece tener un límite preciso. Cabe destacar que Lebrero comenzó su carrera solista acompañado de El Puchero Misterioso alrededor del año 2005, cuando editaron su primer disco. Él estudió bandoneón con Rodolfo Mederos y viajó por todo el mundo. Hasta su último álbum fue editado en Japón y en sus recitales es común ver un público variopinto: asisten norteamericanos, franceses y mexicanos radicados aquí. También formó parte de la Orquesta Típica Fernández Fierro y con su banda ya tiene tres discos editados. Todos los miércoles de marzo se presenta en Café Vinilo, Gorriti 3780. Reservas al 4866-6510 o info@cafevinilo.com.ar.

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